Glorieta de Colón
Los 66 diputados del Congreso de la Ciudad de México quebrantan lo que prometieron al asumir el cargo: “Cumplir y hacer cumplir la Constitución y las Leyes que de ella emanan”. Resulta que a pesar de los destrozos que un grupo de manifestantes violentos causó ayer a su sede, el recinto legislativo de Donceles y Allende, ninguno se atrevió a presentar una denuncia para que se sancione a los responsables, de ser el caso incluso por la vía penal. Prefieren incumplir la ley, en este caso por omisos porque de facto ya estamos en campañas electorales. La Mesa Directiva presentó una denuncia de hechos, cuyo fin es solamente que la aseguradora que protege el inmueble histórico pague los daños ocasionados por los rijosos. Habrá que ver si la aseguradora tiene la misma actitud, porque sus áreas jurídicas tienen la instrucción de evitar a toda costa pagar los siniestros, y en este caso bien podrían exigir a las autoridades que presenten a los responsables y cobrarles los destrozos. Por cierto, los legisladores también quedaron sin autoridad moral para exigir se cumpla la ley.
Tabe, a ‘periodicazos’
Tal es la entrega del espacio público a restauranteros en la Ciudad de México a cambio de nada, que no se extrañen que pasados los años continúen invadidos –y hasta peor– los arroyos vehiculares y las banquetas por toda la capital. La organización ciudadana “La Voz de Polanco” denunció que el alcalde de Miguel Hidalgo, Mauricio Tabe, “no puede con el restaurante Santino –ubicado en la calle Presidente Masaryk, el corazón de Polanco– y su ROBO de banqueta en perjuicio de los vecinos. ¡Le pedimos que aplique la ley y LIBERE el espacio común que estos GANDALLAS creen que es suyo!”. La exhibida al menos hizo reaccionar a Tabe, quien igualito que su antecesor Víctor Romo, como decían en los viejos tiempos, “es como los perros… porque sólo entiende a periodicazos –hoy son tuitazos–. Acudieron elementos de la Alcaldía a liberar la banqueta. A ver si no otra vez el fin de semana los vuelve a tolerar Tabe, todo un experto en hacerle a la política del Tío Lolo.