Glorieta de Colón
Nos cuentan que el general en retiro y diputado presidente del Congreso de la Ciudad de México, Fausto Zamorano Esparza continúa inquieto por el chamuscón que se dio y el precedente que sentó cuando el viernes pasado permitió que ingresaran al recito de Donceles y Allende militares armados, lo cual está prohibido no sólo por la Ley del Congreso y su Reglamento, sino por una muy larga práctica parlamentaria. Esto ocurrió en el contexto de que la sesión solemne para develar en el salón de plenos la leyenda en letras de oro “2023, año del bicentenario del Heroico Colegio Militar”. Los militares que acudieron a rendir honores a la bandera debieron dejar afuera las armas, pero no fue así. Es evidente que Zamorano no conoce la normatividad del Congreso, pues debió haber hecho lo mismo que el diputado Santiago Creel el 1 de septiembre del año pasado, cuando para rendir honores a la bandera en la Cámara de Diputados, en su calidad de presidente de la Mesa Directiva, no permitió el ingreso a militares con armas. Lo cierto es que aunque Zamorano hubiera conocido la Ley, ni modo que se le insubordinara a su general secretario, Luis Cresencio Sandoval, quien fue el invitado de honor a la ceremonia, y a quien todavía se le tiene que cuadrar. Ni modo, como dice el dicho: al general-diputado le cae bien esa frase de que a quien a dos amos atiende…
Beatriz genera pánico
Aspirantes de oposición a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, lo mismo panistas, priístas que perredistas, andan apanicados ante el poco probable escenario de que Beatriz Paredes sea la ganadora de la interna para elegir a la virtual candidata presidencial 2024. Y es que, les aterra imaginarse que en la capital del país tuvieran que hacer campaña con ella, pues en vez de sumar como Xóchitl Gálvez les va a restar. Paredes forma parte de ese priísmo rancio que desterró la gente de la capital hace casi 3 décadas. Tan es así, que Beatriz que ya fue dos veces candidata perdedora a la Jefatura de Gobierno, en 2006 y 2012, cuando apenas llegó al 20%, muy, muy lejos del ganador.