Glorieta de Colón
Por supuesto, como en Palacio, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres tiene otros datos. Ayer se jactó que en 2022 se tuvo una tasa de 8 homicidios por cada 100 mil habitantes en la capital, la menos mala desde 1989. Citó como fuente la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU) del INEGI. Batres, por supuesto, también lee las estadísticas como le conviene. Hubo una disminución en la tasa de homicidios de 2021 a 2022, pero el saldo del gobierno de Claudia Sheinbaum es nada alentador. La corcholata Marcelo Ebrard dijo hace unos días que los homicidios dolosos aumentaron de 9.38 por cada 100 mil habitantes en 2018, a 13.8 promedio en los 4 años y medio de Sheinbaum, un incremento en el número de casos del 47.1%. Y eso que se sospecha que para esconder muertos los clasifican como “desaparecidos”, pues en el 2018 hubo 92 casos, y el año pasado fueron mil 395, prácticamente 15 veces más. Ayer, otro dato que destacó Batres fue la disminución de la percepción de inseguridad en la capital del país, que pasó del 74 por ciento al arranque de la administración, a 42 por ciento en el segundo trimestre de este año, igual según el INEGI.
Seguridad en la CEDA
Y en el tema de seguridad, al parecer las autoridades capitalinas quedaron rebasadas en la Central de Abasto de la Ciudad de México (CEDA) y por eso la Coordinación General y el Fideicomiso de Construcción y Operación del mercado de alimentos más importante del país tuvo que implementar sus propias acciones para el resguardo de la paz pública y protección civil. En una especie de tolerancia cero han clausurado locales en los cuales se vendía y permitía el consumo de alcohol. La coordinadora y administradora general de la CEDA, Marcela Villegas Silva va a realizar recorridos sorpresa para mantener el orden y seguridad al interior.