Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
En el primer círculo del senador Ricardo Monreal, entre los diferentes escenarios que tienen rumbo a las elecciones de 2024, acaso el más favorable es el que lo llevaría por un camino pavimentado hacia la candidatura de Morena para jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
“Por qué crees que salió tan contento de Palacio Nacional y dijo que con Morena hasta la muerte? No porque lo vayan a hacer de nueva cuenta senador o diputado; su mayor anhelo, por supuesto, es la Presidencia, pero sabe que está muy difícil, pero sí puede ir por la Ciudad (de México), para recuperarla ante la oposición que crece”, me cuenta uno de sus asesores.
En este escenario, el más positivo para Monreal, hay varios factores que tienen que combinarse para que llegue caminando a esa candidatura, los cuales no son descabellados en este momento en que habrá tantos ajustes en el Gabinete Presidencial y en el Gobierno de la Ciudad de México, que bien podrían allanarle el camino para que los otros aspirantes ya no compitan.
Primero: que quien sustituya a Adán Augusto López Hernández al frente de la Secretaría de Gobernación sea la actual titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, una candidata natural para el cargo, porque se lleva bien con los militares y los marinos, y está comprometida al 100 por ciento con el presidente López Obrador y su proyecto. Este cambio sería una señal de que la está sacrificando para la Ciudad de México, porque AMLO ha dicho que los de los próximos días serán los últimos ajustes en su Gabinete, y cerrará el gobierno con los que estén.
Segundo: que el sustituto de Claudia Sheinbaum al frente del Gobierno de la Ciudad de México sea Martí Batres, otro de los aspirantes, a quien le correspondería concluir el sexenio al frente de la capital. La estrategia de la “4T” hacia 2024 es endurecerse, por lo que el perfil porril y no negociador de Batres cuadra para esta etapa. El propio Batres se encargaría de dejar fuera de la competencia al candidato de Sheinbaum, el secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, quien tampoco cuenta con la venia de Palacio Nacional. Es público el enfrentamiento entre ambos secretarios. No se descarta que incluso hubiera un relevo al frente de esa dependencia y que Harfuch se sume a la eventual campaña presidencial de Sheinbaum. Batres podría estar en el Gabinete presidencial y tener algunos diputados locales.
Tercero: que a las otras aspirantes también las congelen para la candidatura. Por ejemplo, a Clara Brugada, alcaldesa de Iztapalapa, que le dejen la coordinación de Morena en el Congreso de la Ciudad de México, aceptándole un puñado de los suyos para diputados. Ellos serían los “vigilantes” de Monreal si eventualmente fuera jefe de Gobierno. Y finalmente, otra de las jugadas: que Ariadna Montiel, secretaria del Bienestar, también la deje en el Gabinete hasta el final del sexenio, y la compensen en el próximo gobierno federal o de la CDMX.
Este es el escenario más favorable para Monreal, si fuera Sheinbaum la candidata, pero no hay que descartar otros: que repitiera como coordinador en alguna de las Cámaras o que lo integraran al Gobierno del próximo presidente. Todo cambiaría si Marcelo Ebrard fuera el candidato presidencial, lo que hoy parece menos probable. Habrá más claridad en los próximos días con los ajustes en el Gabinete presidencial y de la Ciudad de México. Lo veremos.