Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Con ignominioso cinismo, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum dijo el fin de semana que en la contienda interna para la candidatura presidencial de Morena “hay piso parejo”. Esto, en el marco de su “gira virtual” por Sinaloa.
La realidad es que ni existió, ni existe equidad entre las cuatro corcholatas morenistas. Hechos concretos: el sábado, el coordinador de los senadores de Morena y también aspirante, Ricardo Monreal, sutilmente reclamó al gobernador Rubén Rocha, de Sinaloa –donde estuvo de gira presencial–, que en todo el camino del aeropuerto al centro de Culiacán vio sólo un anuncio espectacular suyo, mientras que de Sheinbaum hay por todos lados.
Otro hecho, más contundente, es que desde julio de 2021, cuando perdió las elecciones en la Ciudad de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha salvado en varias ocasiones del precipicio a la jefa de Gobierno.
La “cancha pareja” ha sido equivalente a darle una ventaja de 300 metros a Sheinbaum para una carrera 400, pues de dos años efectivos que durará su precampaña –de julio 2021 a julio 2023–, ella lleva año y medio en campaña y sólo 6 meses se permitirá que Monreal compita con la “venia” de la dirigencia nacional de Morena.
En su misma gira por Sinaloa, Monreal dijo: “No soy ingenuo, a mí me incluyen en la lista de los cuatro apenas hace 15 días. Pero las cosas han cambiado, y haberme incluido me permite luchar con legitimidad dentro de la organización que fundé. Es un tema difícil, la cancha comienza dispareja”.
Durante ese año y medio, Sheinbaum recorrió todos los estados de la República en donde siempre los gobernadores de Morena y sus aliados le organizaron excelentes recepciones, le garantizaron auditorios repletos con acarreados pagados por ellos –todavía ayer, el de Nuevo León, Samuel García, que no es de Morena–. De manera sistemática ha participado el vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez, con cobertura especial del Sistema Público de Radio y Televisión, del Gobierno Federal.
Otro hecho evidente: un amplio grupo de diputados de Morena pagó más de 30 millones de pesos para colocar por las principales ciudades del país unos 300 anuncios espectaculares para promover la campaña “#EsClaudia”. Recularon luego del escándalo nacional y que López Obrador les advirtió que en vez de ayudar a Sheinbaum la habían colocado al borde de un delito electoral.
Otra evidencia de los dados cargados a favor de una corcholata ocurrió hace un mes: para salvar a Sheinbaum de la debacle por el choque del Metro en la Línea 3 que dejó como saldo una joven de 18 años fallecida y más de 50 lesionados, López Obrador le ayudó con la contención de daños, impulsando la narrativa del “sabotaje” y luego con la decisión de enviar más de 6 mil elementos de la Guardia Nacional para “vigilar” las 185 estaciones del Metro que están funcionando, de las 195 que existen.
Desde julio de 2021, ha habido línea desde Palacio Nacional para que los gobernadores de Morena apoyen a Sheinbaum, lo que también fue explícito también en el contexto de ese metrazo, cuando pagaron un desplegado de apoyo.
En este contexto, el sábado, Monreal pidió tregua en la promoción de las corcholatas presidenciales de Morena, para que se “empareje el piso”. Plantea que de aquí a julio que será la primera encuesta solo realicen foros regionales en que vayan los 4 ó 5 y expongan a la militancia su proyecto. Difícilmente ocurrirá, porque es exponer a la corcholata favorita. Lo veremos.