Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Ante lo que podría considerarse una negligencia criminal del Gobierno de la Ciudad de México, que encabeza Claudia Sheinbuam, las principales voces de la 4T “¡han callado como momias!”, parafraseando al presidente Andrés Manuel López Obrador. Prefieren andar en la virtual campaña presidencial 2024 de su jefa, tipo las niñerías de Martí Batres con sus 12 mil manifestantes.
Este es un caso sumamente grave: la muerte de Sofía y Esmeralda, dos hermanas de 17 y 23 años, quienes se ahogaron el 10 de noviembre al caer en una coladera sin tapa sobre el Viaducto Rio Consulado, en la Alcaldía Iztacalco, una zona oscura, olvidada la iluminación de la vía pública por parte de las autoridades capitalinas.
Es decir, la muerte de estas jóvenes no habría ocurrido si las autoridades hubieran cumplido su responsabilidad con los gobernados: que la coladera estuviera tapada (ya mínimo con señales de alerta) y la avenida bien iluminada. Pero no. Seguramente son prioridad los requerimientos de su jefa para el 2024.
Juristas identifican la negligencia criminal a quien incurre en una conducta (aún sin tener la intención de dañar o lastimar a alguien), que vía el razonamiento da total claridad de que la vida de alguien puede estar en riesgo, lo que también incluye a la omisión.
En este caso, los funcionarios públicos responsables sí sabían, era razonable para cualquiera, que una coladera destapada ponía en riesgo la vida de las personas que por ahí caminan, y más si esto se combina con la falta de iluminación.
Ambos hechos, tanto la coladera destapada (y muchas más circundantes a la zona donde cayeron las jóvenes) y la falta de iluminación fueron denunciados en múltiples ocasiones por los ciudadanos. Hay registro de ello, como lo confirmó la propia Alcaldía Iztacalco, que encabeza el morenista Armando Quintero.
Precisamente las quejas y denuncias ciudadanas eran la alerta evidente para funcionarios sobre lo peligroso que resultaba que estuvieran esas coladeras destapadas y sin luz en la avenida. Toda lógica indica que alguien podía hacerse daño ahí, como ocurrió. Había un riesgo evidente al que no hicieron caso las autoridades. Por eso podría existir una negligencia criminal.
Precisamente de este posible ilícito, en una comparecencia el viernes pasado ante el Congreso de la Ciudad de México, legisladores de oposición recriminaron al edil Quintero pasado la presunta responsabilidad de la Alcaldía Iztacalco en el fallecimiento de Sofía y Esmeralda.
El morenista se deslindó rápidamente. Dijo que la tragedia ocurrida fue en una vía primaria y que a su administración solo le compete lo que sucede en vías secundarias. Le endilgó la responsabilidad al Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACDMX), a la Secretaria de Obras y Servicios (Sobse) y a la Secretaria de Movilidad (Semovi).
Es decir, si la 4T fuera congruente con su discurso de que ellos son diferentes, deberían rendir cuentas ante la familia de Sofía y Esmeralda e incluso ante la justicia el coordinador general del SACDMX, Rafael Bernardo Carmona Paredes, así como los titulares de la Sobse, Jesús Antonio Esteva Medina, y de Semovi, Andrés Lajous.
Ya existe jurisprudencia de la Suprema Corte sobre lo que llamó “cadena de mando” (impulsada por el ministro presidente Arturo Zaldívar, amigo y aliado de la 4T). Por eso es que Carmona, Esteva y Lajous no pueden eludir su responsabilidad.
Pero hasta hoy, absoluto desdén del Gobierno de la capital. Así son también los de la 4T.