Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Ahora que el candidato de la oposición a la Jefatura de Gobierno, Santiago Taboada, por “recomendación” del presidente de su partido (PAN), Marko Cortés, incluyó como “vocero” en su equipo de campaña a su paisano, el michoacano Germán Martínez (a) Germán de Troya, deberían de estar muy atentos y hacerle marcaje personal, porque su historial está plagado de berrinches, de traiciones. Siempre termina peleándose y aplicando a la perfección aquella máxima de los desleales: “si renuncio, denuncio”.
La vida política de Germán Martínez está plagada de felonías, y por eso muchos en la oposición y el oficialismo lo apodan Germán de Troya. Un caso: como parte del equipo de Josefina Vázquez Mota en la contienda presidencial de 2012 la traicionó, porque atendía instrucciones de Los Pinos para boicotear la campaña, pues el presidente Felipe Calderón era el principal interesado en que la hoy senadora se fuera al tercer lugar, porque su apuesta real era con Enrique Peña, a quien le puso en bandeja de plata el triunfo.
Cuando fue secretario de la Función Pública, cargo en el que duró sólo el primer año del gobierno de Calderón –eso tardó en hacer berrinche–, también traicionó lo que fue su discurso de toda la vida, lo que pregonó: velar por el “bien común” y combatir la corrupción. No agarró ningún pez gordo. Bueno, ni siquiera un charalito.
En 2018, Germán de Troya traicionó al presidente Felipe Calderón, también su paisano y clave en su formación política, cuando a cambio de una senaduría se fue a Morena con su archienemigo, Andrés Manuel López Obrador.
Lo designaron director del IMSS, donde no duró ni 6 meses porque perdió la guerra con Carlos Urzúa, secretario de Hacienda. Volvió al Senado y ahí lo rescató el coordinador de Morena, Ricardo Monreal, a quien también traicionó pronto y se hizo senador independiente.
Con su salida del PAN para irse con Morena, además se traicionó a sí mismo, porque incumplió los principios de doctrina de ese partido, los cuales hizo suyos, porque él encabezó su “actualización” y “relanzamiento” en 2003, como presidente de la Fundación Rafael Preciado Hernández.
Germán de Troya nunca ha sido muy aguantador de la crítica de los periodistas. Al contrario, es de piel delgada, de esos políticos que cuando están en una posición de poder presionan a los reporteros, los acusan con sus jefes a quienes piden que los cambien de fuente o incluso los despidan. Poseo evidencias y el testimonio en primera persona del caso de un reportero que cubría el PAN para el diario El Universal y Germán Martínez habló con su compadre, quien entonces era el director, para pedir la cabeza del periodista, que fue hostigado hasta orillarlo a renunciar.
No queda claro si de verdad Germán de Troya va a aportar algo a la campaña de Taboada, porque ni es experto en temas de la Ciudad de México, ni es militante del PAN. Además, está confrontado con Alejandro Moreno y Jesús Zambrano, presidentes del PRI y el PRD, respectivamente. También su estilo protagónico y soberbio puede generar encono y división. Taboada y sus colaboradores cercanos le tienen mucha fe, porque lo consideran “hábil” para los debates en medios de comunicación. Dicen que reúne el perfil para la función que va a desempeñar, y con eso es suficiente.
¿Cuánto va a tardar Germán de Troya en hacer su primer berrinche? Hay incluso panistas que apuestan doble contra sencillo que si dura un mes en la campaña va a ser mucho. ¿También va a traicionar a Taboada? Lo veremos.