Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
El 31 de julio y 1 de agosto en las entregas de esta columna proyecté el sentir de importantes actores de la oposición en la CDMX, quienes advertían que Sandra Cuevas y Adrián Rubalcava en realidad eran caballos de Troya, infiltrados, simuladores que en realidad estaban –y siguen– operando a favor de Morena, especialmente de Claudia Sheinbaum, virtual candidata presidencial.
El viernes se cumplió tal escenario, que en el lugar común llamarían “crónica de una traición anunciada”. Veían evidente que ese era el plan de Rubalcava, alcalde de Cuajimalpa, desde poco después de las elecciones de 2021, cuando se conformó la Unión de Alcaldes de la Ciudad de México (UNA), pues de los nueve de oposición, él era quien menos participaba en la agrupación e incluso se negaba a firmar pronunciamientos conjuntos.
Después se supo que en esa época la Fiscalía General de Justicia de la CDMX, a cargo de Ernestina Godoy, le inició a Rubalcava una carpeta de investigación “por un tema de situación patrimonial”, con lo que dicen que lo doblaron. Omar García Harfuch, entonces secretario de Seguridad Ciudadana fue el puente con la entonces jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum para que le bajaran a su indagatoria, que finalmente quedó congelada… pero no de gratis.
Tiempo después, Rubalcava dio dos muestras públicas sumisión a la jefa de Gobierno. La primera, cuando se reunieron los alcaldes de la UNA con ella hacia septiembre de 2021, pues hizo notar la diferencia respecto de los otros opositores, al difundir fotos saludando muy fraternal a Sheinbaum. En otra ocasión que la jefa de gobierno visitó Cuajimalpa, el alcalde encabezó las porras, de lo que dimos cuenta en CDMX Magacín.
El alcalde de Cuajimalpa también tiene cercanía con hoy jefe de Gobierno, Martí Batres –antes secretario–, pues ambos fueron alumnos del famosísimo René Bejarano en el PRD, partido al que Rubalcava renunció, también porque no le dieron una candidatura en 2009, aquella vez a la Delegación Cuajimalpa. De ahí se fue al Partido Verde –muy de su estilo–, desde donde con en 2012, con la ola de Enrique Peña ganó Cuajimalpa, en alianza con el PRI, al que se afilió al final de cuentas.
Rubalcava tenía desde hace mucho la estrategia que el viernes reventó, porque traía dos cosas muy claras: que nunca pudo ni podría estar por encima de Santiago Taboada en las encuestas, y que además esa candidatura le correspondía al PAN, porque tuvo más votos que el PRI en 2021 y mayor intención de voto para 2024. Siguió participando en el Frente, pero evidentemente como caballo de Troya.
El sábado, cuando Rubalcava daba una conferencia de prensa para anunciar su salida del PRI, se apareció la alcaldesa de la Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, para respaldar al alcalde de Cuajimalpa. ‘Sandra de Troya’, como también le dicen en el Frente desde hace mucho por su cercanía con Ricardo Monreal, el morenista que fue corcholata presidencial y ahora es coordinador territorial de la campaña de Sheinbaum.
El sábado, Cuevas le ofreció todo su apoyo a Rubalcava –incluso hasta la Alcaldía Cuauhtémoc como si fuera de su propiedad–. Poco le importó que Rubalcava hubiera acusado a Santiago Taboada de formar parte de la delincuencia –o sea, lo llamó delincuente–, y es obvio que se le olvidó que cuando estuvo a punto de ir a prisión por agredir a dos policías, quienes la apoyaron y la salvaron fueron principalmente los panistas Taboada, Lía Limón y Mauricio Tabe. De no ser por el respaldo de ellos, seguramente habría terminado en prisión y sin la titularidad de la Alcaldía. Incluso, en aquellos días Rubalcava ni se aparecía para apoyar a Cuevas, hasta la fecha subordinada política de Monreal, quien actualmente es el coordinador territorial de la campaña de Sheinbaum.
En la oposición hace mucho tenían claro que eran Sandra de Troya y Adrián de Troya. Ahora opinan que en Morena no les van a dar nada y recurren a una frase del Imperio Romano para argumentar: “Roma no paga a traidores”, porque no solían recompensar a desleales, ni porque ellos lo hubieran fomentado. Lo veremos.